Comenzamos rememorando las palabras de la activista keniana y ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2004, Wangari Maathai, quien nos hizo saber que no necesitamos un diploma para sembrar un árbol. Gracias a su impulso más de 47 millones de árboles fueron plantados y, además, nos legó la idea de que la lucha por el planeta en el que vivimos es la suma de muchas pequeñas batallas.
Esas palabras, tan profundas y sencillas a la vez, nos animan a promover la educación ambiental como un asunto de todos, ya que absolutamente nadie debe estar exento de colaborar para mejorar la vida en este planeta y reducir al máximo nuestro impacto ambiental.
Por ello, en esta edición especial de Kaleidoscopio nos sentimos muy contentos porque todos los artículos y reseñas de este número, el 33, estén dedicados a la educación ambiental