Reflexiones para un lector kaleidoscópico
Toda lectura para ser un acto humano debe ser correspondida. No hay nada más gratificante que leer, sin importar el género literario. El lector asiduo lo hace en solipsismo, no obstante, la esencia de la misma
se pierde, quedando en un limbo paradigmático de apariencia. No se critica quien lo haga bajo la sombra de la soledad. Pero no hay nada más agradable y que llena el espíritu, que compartir lo reflexionado de un
escrito, donde las ideas nacen con efervescencia, se compaginan, dando origen a imágenes hermosas que solo la mente alimentada por la lectura puede crear, ¿qué hacer con esas ideas? La sensibilidad humana pide
a gritos que las mismas sean socializadas, disfrutándola con los amigos, bajo los aromas que siempre acompañan una buena conversación.